jueves, 21 de junio de 2012

Piezas de Museo: Fauna en peligro


"El Aye-aye no es una exclamación de dolor, sino el nombre de un extraño y pequeño mamífero de Madagascar ..."
Así comenzaba un artículo que apareció, cuando yo era un niño, en unos carteles de ADENA firmados por Félix Rodríguez de la Fuente. Trataba sobre la grave situación de amenaza que sufría esta rara especie y los proyectos para su recuperación.
A mí, hasta hace bien poco, sí se me escapaba una exclamación de dolor y rabia y recordaba esa frase cada vez que veía al ejemplar de aye-aye, que se mantenía en las pésimas condiciones de unos almacenes del Museo de Ciencias fuera de Madrid. Afortunadamente, para esta pieza en concreto, la vitrina lo protegió del polvo y las humedades, no todas pudieron decir lo mismo.  

Por eso, a la más mínima oportunidad que me dieron, el aye-aye fue uno de los animales rescatados del olvido para ser colocado en una de las exposiciones permanentes del Museo Nacional de Ciencias Naturales titulada "BIODIVERSIDAD"
El aye-aye ha pasado a ser un ejemplo, como en aquel artículo que leí de niño, de qué y cómo debemos conservar. Es un ejemplo de singularidad evolutiva: la única especie en su género y en su familia perteneciente a un grupo, los lemures, de por sí particulares y que, además, habita en una isla y en un ecosistema seriamente amenazado.

Igual suerte habían corrido otras piezas, como el esqueleto de canguro que hasta fue protagonista gráfico de un artículo del diario El País, titulado "El museo de los horrores".

Ahora, limpio y restaurado es una de las piezas protagonistas de la nueva exposición en una vitrina dedicada a mostrar la anatomía comparada a través de los esqueletos de aves y mamíferos. Poco a poco vamos sacando a la luz estas piezas de museo. Piezas en peligro de extinción. 

Nunca está de más recordar que la mayoría de estas piezas, animales taxidermizados y esqueletos, tienen entre 150 y 80 años de antigüedad, alguno aún más y muy pocos menos, que proceden de algún zoológico que los ha donado a su muerte. Ahora no se mata ningún animal con esta finalidad, y servir a la educación de las generaciones presentes y futuras es el fin más noble que pueden tener sus restos.
A primeros de abril se inauguró esta exposición en la sala principal de la sección de Zoología del Museo y a mi me tocó colaborar en su realización. 

La exposición se divide en tres secciones. En la primera se explica qué es la Biodiversidad, cómo se manifiesta y distribuye. La segunda trata sobre la evolución, mecanismos evolutivos, selección natural y artificial. Y la tercera y ultima parte, sobre la extinción y la conservación de la Biodiversidad.

Mi trabajo consiste en distribuir los contenidos, desarrollados por científicos especialistas, intentar si es preciso, adecuar los textos al nivel del público del museo, y seleccionar las piezas y el modo de colocarlas para que puedan ayudar a explicar esos conceptos. También propongo y desarrollo temas concretos, como este de los cuernos, entre la diversidad de formas, ... 

... o el ecosistema en el entorno y el interior de un búfalo africano, como ejemplo de que también es Biodiversidad la forma en que se interrelacionan los organismos entre sí y con su entorno.

Como doy a entender más arriba, mi empeño personal es poder sacar el mayor número posible de piezas a la exposición. Y entre ellas hay algunas de especial importancia, como el elefante africano, que está próximo a cumplir los 100 años de edad,....
... y la jirafa, que por ciertos maltratos que tuvo en tiempos pasados ahora se ha quedado como muestra de las esculturas que hay bajo las pieles de los animales taxidermizados por los hermanos Benedito.
También se expone una muestra de especies extintas, entre otras: el alca gigante, unas réplicas de cabeza y huesos de dodo y nuestro espectacular lobo marsupial.

Desde que se inauguró la exposición algunos de los especialistas que participaron en su desarrollo han ofrecido conferencias y visitas guiadas explicando sus contenidos científicos. Ahora, el 3 de julio a las 7 de la tarde, me toca a mi hablar. Pero no voy a centrarme en los contenidos conceptuales, sino en muchas otras cosas que las piezas nos pueden contar. Estáis todos invitados. La entrada es gratuita.

lunes, 4 de junio de 2012

Comportamiento territorial en ranas comunes



Ya que estamos en racha anfibia, voy a continuar con las otras ruidosas protagonistas del estanque de mi jardín, las ranas comunes, Pelophylax perezi. Esta vez trataré sobre las peleas de machos, algo sobre lo que ya escribí, muy someramente, el año pasado, en la entrada dedicada a las puestas y el desarrollo embrionario, que puede verse pinchando AQUÍ.
La cuestión es que los machos de esta especie de rana no solo utilizan el canto como reclamo reproductivo, sino también como forma de defender el territorio frente a otras ranas. Lo he observado en muchísimas ocasiones, no solo en el estanque de mi jardín, sino especialmente en el río Guadarrama a su paso por Villalba, hace un montón de años, antes de que decidiesen cementar su cauce para que dejase de ser un río y se convirtiese en una cloaca a cielo abierto.

Creo que el vídeo es suficientemente aclaratorio, pero insisto en varias cuestiones:
  •  Los machos ocupan, por largas temporadas, siempre el mismo lugar en el estanque. Puede haber algunas pequeñas variaciones en función del crecimiento de las hojas de los nenúfares, pero a grandes rasgos ocupan un territorio de entre medio metro y un metro cuadrado. Los reconozco por su color y diseño.
  • Entre medias puede haber pequeños ejemplares a los que no suelen hacer ningún caso, si se quedan quietos y callados. No he observado canibalismo, aunque es posible, y por tamaño, desde luego, son perfectamente capaces.
  •  Los machos cantan mirando a uno de los vecinos y si este les responde se establece un "diálogo" que suele terminar con empujones, saltos encima e incluso intentos de abrazo. 
  • Los "abrazos" no son igual que los amplexus que realizan con fines reproductivos. Cuando están muy encelados los realizan incluso sobre otros animales, como sapos o gallipatos y son muy persistentes. Estos abrazos de pelea se sueltan rápidamente, incluso antes de que haya un sonido de queja por parte de receptor.   
  • Una vez resuelta la "discusión" cada cual vuelve a su territorio y a su "posadero". Supongo que habrá casos con un vencedor muy claro, pero yo no los he visto, posiblemente opten por una discreta huida.
  • Los ejemplares menores y las hembras ocupan espacios periféricos, en orillas, piedras y en zonas encharcadas con plantas, laterales al estanque.


En el vídeo se puede ver y escuchar, un poco antes de segundo 30, un canto suave que suelen emitir a la vez que mueven las patas traseras, a veces lo emiten también cuando se alarman. Creo que tienen otra forma de comunicarse a través de las ondas que producen en el agua y muchas veces coincide con ese sonido que no se produce hinchando los sacos vocales.


Aún me queda mucho por entender y por interpretar el sentido de los distintos tipos de canto. Supongo que el comportamiento de estas ranas es más complejo de lo que se ha supuesto hasta ahora. No es tan simple como lo que tradicionalmente se ha dicho: Si es más grande es un enemigo, si es más pequeño me lo como y si es de mi tamaño lo monto.
Creo que no me voy a aburrir sentado en el banco frente al estanque a la sombra del olmo.