miércoles, 20 de julio de 2011

El rebaño de las hormigas

RELACIÓN DE MUTUALISMO ENTRE HORMIGAS Y PULGONES

Lo bueno de dejar que en algún rincón del jardín crezcan plantas de las denominadas "malas hierbas", es decir, de las que crecen solas y sin cuidados, es que uno no sufre cuando son atacadas por las plagas. Este es el caso de un pequeño matojo de Rubia, que cada primavera aparece en diversos rincones de mi jardín, enganchándose en nuestros pantalones o en el pelo de mi perra cuando pasamos cerca. Pero esos pequeños inconvenientes aparte, la rubia plagada de pulgones me permite observar el interesante comportamiento de pastoreo de las hormigas.

En efecto, las hormigas no solo se aprovechan de la secreción azucarada que producen los pulgones, sino que los defienden de otros insectos y, según algunos autores, incluso los trasladan de planta cuando es necesario. Aunque, Jose Luis en su blog (*) nos cuenta que las suyas no tuvieron ningún inconveniente en comérselos cuando dejaron de producir jugos azucarados porque las ramas de hiedra sobre las que estaban habían marchitado.
También hay otras plantas de jardín que tienen pulgones frecuentemente, como la hiedra, que puede soportar perfectamente la "plaga" de pulgones sin ver mermado su extraordinario vigor.
Como decíamos, los pulgones, cual vacas lecheras, pagan los cuidados de las hormigas segregando un jugo azucarado, que posiblemente no sea producida con ese exclusivo fin, sino que es la manera que tiene el pulgón de deshacerse del exceso de líquido extraído de la planta. Me explico: el pulgón clava el estilete de sus piezas bucales en la planta y succiona savia continuamente, pero de ella solo extrae una proporción de sus sustancias nutritivas. El resto lo expulsa en forma de dulces gotas que son aprovechadas por las hormigas.
En la foto siguiente podemos observar dos pulgones con una gota rojiza, de jugo azucarado, lista para ser servida.

Esas gotas, si no viene una hormiga a recogerlas, caerán y formarán superficies pringosas bajo las plantas donde habitan los pulgones. Como cualquiera que haya aparcado el coche bajo un árbol plagado de pulgones recordará, aunque no supiese a qué era debido.
Si el pulgón no tiene la gota de jugo preparada, la hormiga puede estimular su secreción con unos toques de sus antenas. Esta foto y la anterior corresponden a otra especie de pulgones y a otra planta. En la de arriba se puede observar el pulgón de la derecha con una gota preparada para la hormiga, sin necesidad de ser "ordeñado".
Hay una gran variedad de hormigas que se ocupan de pastorear pulgones y posiblemente existan diferentes grados de ayuda mutua o no tan mutua, igual que existen muchas especies de pulgones distintas, que pueden estar o no preparadas para la relación con las hormigas.
El ciclo biológico de los pulgones es muy complejo y también varía según la especie. Los hay que traen al mundo a sus crías ya crecidas, que ponen huevos, y las dos cosas según sea el ciclo de verano o de invierno. Los hay que solo viven en una especie de planta, en plantas distintas y los que pasan una parte del ciclo en una especie y otra en una planta diferente. Hay pulgones que nunca tienen alas, en otros solo la tienen los machos y en otros tanto machos como hembras. Pero lo más interesante, a mi modo de ver, es la alternancia de generaciones. De los muchos posibles, un ciclo típico podría ser el siguiente:

En primavera nacen hembras aladas de huevos de invierno y vuelan hasta una nueva planta donde se reproducen sin necesidad de ser fecundadas (partenogénesis). De ellas nacen pequeños pulgones que no han pasado por la fase de huevo (viviparismo), que son todos hembras y que pueden reproducirse de nuevo sin necesidad de machos. Así pasan el verano formando una plaga que se multiplica exponencialmente. Llegado el otoño aparece una generación diferente, con alas y con machos, que volarán y copularán. Las hembras así fecundadas pondrán huevos sobre una planta distinta, que no desaparezca en invierno y será su forma pasar la estación más fría. Por el contrario, las plantas atacadas en primavera suelen ser de crecimiento rápido y muchas veces anuales, como la rubia con que comenzamos el relato, amapolas y otras herbáceas.

Según lo anterior lo correcto no sería llamarles pulgones sino pulgonas, pues la mayor parte de su ciclo son todas hembras.

(*) Dedico esta entrada a Jose Luis y a su blog Hormigas Amarillas, que nos muestra interesantísimos detalles sobre estos insectos y sus colonias.

domingo, 10 de julio de 2011

La muerte en las profundidades... del estanque

LAS NINFAS DE LIBÉLULA, Anax imperator



Hace dos años, que puse una entrada sobre las grandes libélulas que volaban y hacían sus puestas en mi estanque de jardín. Puede verse pinchando AQUÍ.

Hace dos meses, me tocó vaciar y limpiar el estanque porque las raíces de las plantas emergentes y capas sucesivas de plantas acuáticas, amenazaban por colmatarlo completamente. Hasta 60 cm era la capa de restos vegetales entrecruzados como si fuese una turbera formada en tan solo diez años. Tuve que trabajar duro, con el agua por las rodillas, retirando bloques irregulares de lodo y materia vegetal, con una gran cuchilla y con azadón. Naturalmente, tanto en el agua como entre los restos vegetales, iban apareciendo algunos de los numerosos habitantes del estanque: pececillos, renacuajos y larvas de los más variados insectos acuáticos. Instalé una piscina hinchable para ir pasando toda esa fauna y una parte de la flora que quería conservar.

Entre ellos habia una gran cantidad de ninfas de nuestra protagonista de hoy: la gran libélula azul, Anax imperator.

La oportunidad, una vez más, de tener que manejar a los habitantes del estanque, me permite observarlos de cerca, e incluso ponerlos en el acuario que suelo utilizar para este tipo de fotografías.

Las ninfas de libélula no tienen la belleza de los animales adultos, pero tampoco están exentas de un gran poder de fascinación. Su aspecto es realmente inquietante y sus costumbres depredadoras aún más. Las piezas inferiores de su mandíbula forman lo que se ha llamado "máscara" que puede ser proyectada hacia delante con la rapidez de la lengua del camaleón, para atenazar a sus víctimas y atraerlas hacia su boca.

Pequeños peces, otros insectos, y especialmente los renacuajos, son presa habitual de estos monstruos prehistóricos.

Cuando la ninfa ha pasado al menos un año en el agua, alimentándose de sus compañeros de estanque, aproximadamente por estas fechas, busca un tallo de planta que salga del agua y trepa por ella saliendo a la superficie. En esta especie eso ocurre durante la noche, y encontrarlo al amanecer aún con la libélula sin salir del todo de su vieja piel, es un hecho excepcional como en este caso, en el que debió tener algún problema y murió en el intento sin llegar a extender las alas.

Hace dos semanas, por lo menos, que ya vuelan las libélulas adultas, pelean por su territorio sobre el estanque y se dedican a hacer sus puestas. Una nueva generación de terribles depredadores acuáticos inicia el ciclo de la vida.