lunes, 25 de abril de 2011

Las vueltas de la lagartija colilarga

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Antes de que las lluvias volviesen a encharcar prados, dehesas y caminos en esta Semana Santa pasada por agua, los días de sol intenso activaron las hormonas de los reptiles que se entregaron a sus cortejos como para demostrarnos que su sangre es cualquier cosa menos fría.

Estamos nuevamente entre Manzanares y Colmenar Viejo, y aquí es donde sorprendimos a esta preciosa pareja de lagartijas colilargas en pleno cortejo nupcial.

Las vueltas de cortejo.

El macho nos muestra, y especialmente enseña a la hembra, el llamativo color rojo ladrillo de los laterales de su cabeza y el intenso amarillo de sus costados, sobre los que contrastan los ocelos azules. Fuera de la época de reproducción esos colores se atenuarán, porque llamarían demasiado la atención de los depredadores y entre la vegetación baja por la que se mueven psan más desapercibidos los tonos ocres que ahora muestra la hembra. Tampoco es casual que durante esta fase del cortejo la pareja se sitúe sobre las rocas y no entre la hojarasca de suelo, donde habitualmente se mueven. Sobre las rocas han quedado impregnadas las señales químicas del macho, que proclaman la propiedad de su territorio y atraen a las hembras. Además son el lugar donde toman el sol y activan su metabolismo, pues el sustrato rocoso se calienta antes que el suelo vegetal.Una y otra vez el macho muestra sus flancos, le corta el paso y gira alrededor de la hembra intentando poner sus cuerpos en paralelo para juntar sus cloacas y copular.

Pero mejor dejo hablar a las imágenes... Las vueltas de los nombres científicos.

La lagartija colilarga se denomina científicamente Psammodromus algirus y, hoy por hoy, ese es su nombre aceptado. Sin embargo, en 2006 Alfredo Salvador y colaboradores desdoblaron este taxon en tres especies diferentes. Según ellos (en ese trabajo) tendríamos:

- Psammodromus algirus, restringido a norte de África, de donde se describió la especie por primera vez y procede su nombre (por Argelia).
- Psammodromus jeanneae, que ocuparía la mitad oriental de la Península Ibérica, desde Cadiz hasta el sureste de Francia, estando, más o menos, Madrid en su vértice de distribución.
- Psammodromus manuelae, que ocuparía la mitad occidental de la Península, excepto la cornisa cantábrica, donde no llegan estas lagartijas.

Entre estas dos últimas especies (o subespecies) no están claros sus límites de distribución, ya que hay lugares donde se podrían solapar, pues no existen barreras geográficas claras que las mantenga aisladas.
A continuación pongo los enlaces a la Wikipedia donde se pueden ver los mapas de distribución y más datos de las tres especies:

- Psammodromus jeanneae

- Psammodromus manuelae

- Psammodromus algirus. En esta página el mapa de distribución de la especie sería correcto, pero no el texto, que sigue haciendo referencia a la distribución completa de las tres especies.

Para terminar de aclararnos (o liarnos) en la Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles, cuyo editor principal es Alfredo Salvador, también autor de la página dedicada a Psammodromus algirus, revisada en el 2009, resulta que sigue siendo válida esta única especie y así lo considera también la Asociación Herpetológica Española. Suponemos entonces, que las dos "nuevas especies", manuelae y jeanneae, quedan relegadas a la categoría de subespecies. Una pena para las respectivas esposas de Salvador y Busak a las que les dedicaban el nombre de esas nuevas lagartijas.

De todas maneras creo que no se debe tomar la descripción de esas especies, que ahora se suponen subespecies, como un error, sino como una importante aportación al conocimiento de la evolución de las lagartijas colilargas, cuyo ADN mitocondrial es claramente diferente en unas y otras poblaciones, aunque aún quede por dilucidar los límites reales de las distintas poblaciones. Me temo que, una vez más, a lo que nos enfrentamos es al mismísimo concepto de especie y sus límites.

La referencia bibliográfica de la descripción de las especies es:

Busak, S.; Salvador, A. & Lawson, R. 2006. Two new species in the genus Psammodromus (Reptilia: Lacertidae) from the Iberian Peninsula. Annals of the Carnegie Mus. 75 (1): 1 - 10.

lunes, 18 de abril de 2011

El ánade real está por todas partes.

Hace poco puse una entrada dedicada a las aves urbanas pero no incluí al ánade real, Anas platyrhynchos. Quizás debería haberlo hecho. No es que sea un animal que te puedas encontrar en cualquier calle, pero en parques con estanque no suele faltar. Muchos son aves domésticas, incluso con el ala cortada para que no se puedan escapar, pero también los hay silvestres que se atreven a entrar en las zonas verdes de las ciudades.


Ánade real en los jardines de Aranjuez

Allí compiten sin pudor por las migas que iban destinadas a las palomas. Recuerdo que en mi primer viaje al norte de Europa me sorprendió la abundancia de patos en las ciudades, todo hay que decirlo, son ciudades con más canales y lagos que en España, pero me llamaba la atención su falta de miedo a las personas, lo que poco a poco va ocurriendo también aquí.


Pareja de patos junto a palomas en el parque de El Retiro, de Madrid

También me llamaba la atención que allí los ánades macho no conservaban la coloración característica, sino que era muy frecuente ver la coloración de eclipse, más parecidos a las hembras que a los machos encelados.

Como invitación a la observación, que pretende ser el principal objetivo de este blog, os recomiendo fijaros en los patos que crían en parques y embalses. Solo las hembras se hacen cargo de la crianza de los patitos. Si la hembra llegase a morir, las crías están perdidas. Sin embargo, los gansos, cisnes y especies similares en los que machos y hembras tienen la misma coloración, los dos miembros de la pareja se ocupan de los cuidados paternos e incluso el macho solo sería capaz de sacarlos adelante.


Hembra de ánade real en el embalse del La Barranca, Navacerrada, Madrid.
Y como anotación de cuaderno de campo para este año, comentaré que esta primavera estoy viendo muchos ánades reales en mi zona de la Sierra. Casi no hay día que, especialmente al amanecer en mi diario camino a la estación de tren, no vea alguna pareja o trío volando en la zona de prados. Supongo que esto es debido a que van a alimentarse a los prados que este año están inundados en muchos sitios, como es su vocación, indicada por la presencia de fresnos.

Incluso en una pequeña charca, de apenas veinte metros cuadrados junto a la estación de Pitis, ya casi en el casco urbano de Madrid, había el otro día media docena de ánades.

A continuación pongo las fotos de la secuencia de cortejo y cópula de ánades reales en la laguna de Ontígola, al sur de Aranjuez. No es una zona urbana, aunque tenga un origen artificial se considera un espacio protegido, Sin embargo, la última vez que fui por allí, me llevé la gran decepción por el deterioro que ha sufrido en los últimos años. Eso sí, han puesto una torreta para la observación de aves, pero está llena de grafitis y muy estropeada.
























































jueves, 7 de abril de 2011

Setos de jardines (2): Autóctonas y perennes

Hace unas semanas dediqué una entrada a criticar los setos de arizónicas y prometí que más adelante hablaría de otros setos posibles y más recomendables. Hoy empiezo a cumplir esa promesa.

Antes de nada comentar que los setos que a mi me gustan no son, ni mucho menos, monoespecíficos, sino una mezcla de diferentes especies donde se puedan encontrar árboles, arbustos de distinto porte, enredaderas e incluso plantas herbáceas en la base. Sería lo más parecido a una especie de bosque galería. Si se plantea bien se pueden combinar especies de hoja perenne y otras de hoja caduca. La desventaja de tener algún que otro hueco durante el invierno se compensa con la diversidad de aspectos a lo largo del año.

Sin embargo, como antes de plantearse el seto como un todo hay que conocer las piezas que lo componen, poco a poco, en sucesivas entradas, iré presentando distintas plantas. Esta vez trataré de especies que pueden componer un seto como planta única, que además son autóctonas y perennes. Es decir, las plantas ideales desde el punto de vista de un jardinero y, además, con ventajas desde el punto de vista naturalista, de ser útiles para aves e insectos.Comienzo por una especie que ahora está en todo su esplendor: el durillo, Viburnum tinus, que en primavera está cubierto por racimos de florecillas blancas, que desprenden un suave aroma y atraen a los polinizadores más tempraneros. Como puede observarse en la foto superior, admite perfectamente la poda de adorno y también en forma de muro (como las arizónicas), cosa que no es muy de mi agrado, pero que tiene cierta demanda. Los cuatro ejemplares de arriba están en un parque de Collado Mediano y miden más de tres metros de altura. Los de la foto inferior están en mi jardín y procuro que no pasen de los dos metros de altura, pero los podo irregularmente para conseguir un aspecto natural y las hojas llegan hasta el suelo, no tienen el tronco al aire. Por encima de ellos hay un hermoso nogal y robles melojos, que crecieron a partir de bellota protegidos por ellos y ahora los sobrepasan unos cuantos metros.A finales de verano e inicios de otoño fructifican con estas bayas negroazuladas que no son comestibles para las personas, pero sí por las aves. Si hay niños en el jardín es una buena idea hacer la poda en ese momento, pero mejor es dejarlos para los pájaros y educar a los críos.Antes de que desaparezcan los frutos empezarán a salir los nuevos capullos que durante el invierno se colorearán de rojo, empezando muy oscuros y tornándose rosados cuando están a punto de abrirse.Se puede decir que los durillos tienen un aspecto diferente en cada época del año y siempre de gran belleza, pues ya solo las hojas, algo coriáceas y brillantes, les dan suficiente presencia.En el mismo parque de Collado Mediano he fotografiado a la siguiente especie perfectamente apta para crear densos setos: El lauro, Prunus laurocerasus. Tiene las hojas de gran tamaño y crece con relativa rapidez. Como el durillo, puede podarse formando muros densos, según gustos, o más abiertos. Aunque no sea autóctona ibérica, en primavera da unos grupos de flores, que también atraerán mariposas y abejorros.En los comentarios de la entrada sobre arizónicas cité un seto de encinas, Quercus ilex. Aquí está. Ahora lo he encontrado un poco abandonado, la casa no parece estar habitada, pero no tiene mal aspecto. Si se quiere un seto disuasorio, no hay duda de que las hojas espinosas de las encinas cumplen la función a la perfección. Si mediante la poda evitamos que la encina gane altura, este seto nos muestra como se hace denso y prácticamente impenetrable.

Otra especie más blanda, pero muy agradable en cualquier jardín, es el mirto o arrayán, Myrtus communis. Lo primero que leí sobre ellos me echó un poco para atrás, porque decía que era sensible a las heladas. Me arriesgué y compré un par de plantitas, sus flores me gustan tanto que no me pude resistir.

Pero ellas sí resistieron al frío y me dicidí a poner más, aunque no son de rápido crecimiento en altura, forman un seto bajo bastante denso, ideal para los bordes de camino, igual que los boj, Buxus sempervirens, pero capaces de alcanzar los dos metros de altura y con la gran ventaja de sus hermosas flores de verano.

Con un "comportamiento" similar a las encinas, pero de crecimiento más lento, tenemos otra maravillosa planta: el acebo, Ilex aquifolium. Es capaz de formar setos, pero habría que armarse de paciencia y sería complicado que tuviese suficiente densidad, pero en combinación con otras plantas ¿quien se puede resistir a incluirlo en el jardín?Sus frutos son una excelente nota de color en pleno invierno y una ayuda inestimable para las aves invernantes.Otra planta maravillosa, aunque cara y de lento crecimiento, pero que soporta muy bien la poda, es el tejo, Taxus baccata. Atención, es tóxica toda la planta excepto la carne que rodea las semillas, que no son verdaderas bayas. Y para terminar por hoy el laurel, Laurus nobilis, que puede formar un precioso árbol, pero que bien podado perfectamente formará un seto de crecimiento rápido.

Todas ellas están en mi jardín, en combinación con otras plantas. Quizás no formen una "pared" cerrada, que impida ver el jardín de mi vecino, pero es que no lo considero un verdadero seto, sino una parte del jardín, larga y estrecha.


Quedan muchas: jaras, retamas, madroño, enredaderas..., pero serán protagonistas en próximas entradas.