martes, 29 de marzo de 2011

Zurita, la paloma discreta

El pasado 19 de marzo, con el buen tiempo y la nieve recién caída, las caravanas de coches rumbo a la Sierra eran impresionantes, como era de prever. Así que, huyendo del jaleo que con seguridad íbamos a encontrar pero con ganas de campo después de tantos días de lluvia, tomamos la dirección contraria y bajamos al sur de Madrid, concretamente a Aranjuez y alrededores.

Así fue como en los jardines frente al Palacio me llamó la atención el comportamiento de esta pareja de palomas. La de la izquierda, que por su aspecto más grácil parecía la hembra, pero por su conducta me animo a pensar que era el macho. No dejaba lugar a dudas respecto a sus intenciones de anidar en ese hueco del viejo, histórico y maravilloso plátano. No arrullaba, pero estiraba la cabeza, se asomaba al hueco y después miraba a la pareja que parecía no tomarse el asunto muy en serio y permanecía bastante impasible y sin ganas de acercarse al "futuro hogar". Yo diría que estaba más interesado en mirarnos a nosotros, que invadíamos su intimidad de esa manera tan descarada, hasta que decidió salir volando. Me animé a hacer las fotos por la curiosidad del comportamiento y por su interés por el hueco del árbol, pero tengo que confesar que no fue hasta que llegue a casa y vi las fotos, cuando me di cuenta de que no eran palomas bravías sino zuritas. En mi defensa diré que todo ocurrió en apenas unos segundos y que estaban a bastante distancia, pues el árbol es realmente alto, además pocas veces he visto a esta especie de paloma.
Hace poco puse una entrada dedicada a las aves urbanas y mencioné a las bravías y torcaces. Ahora puedo incluir a esta bella paloma, la menos frecuente de las tres especies ibéricas. Entonces comenté que las palomas bravías causaban problemas en las ciudades y que las torcaces eran cada vez más abundantes en los entornos urbanos. Ninguna de estas cosas ocurre con la paloma zurita, que parece ser que ha disminuido en sus efectivos, aunque también es posible que, como a mi me ocurrió, muchas veces se confundan con palomas domésticas en parques y jardines. Por eso las he llamado palomas discretas.

En el dibujo del cuaderno de campo he representado a las tres especies, por si alguno de mis pacientes lectores tiene curiosidad por fijarse la próxima vez que las vea, en el parque o en el monte.


A modo de ficha resumiré lo que hay escrito, que no se lee muy bien, junto con alguna característica de cada una de ellas:


Paloma bravía. Columba livia. La especie de la que proceden las variedades domésticas. Curiosamente, aunque es la más abundante, la hibridación con ejemplares asilvestrados parece que pone en peligro la pureza de las poblaciones silvestres. En su hábitat natural anida en cortados rocosos, pero se adapta perfectamente a las edificaciones humanas. Se distingue de las otras especies por la gran mancha blanca del obispillo,


Paloma zurita. Columba oenas. Es un ave forestal y anida preferentemente en huecos de los árboles, pero también puede ocupar paredes rocosas incluso conviviendo con bravías en parques urbanos. Las masas forestales, que más bien son cultivos arbóreos donde todos son árboles jóvenes y sanos, puede ser una de las causas de la disminución de esta especie. Se diferencia por su tono grisáceo general, las manchas rosáceo-verdosas en los hombros y las poco marcadas líneas alares. Es la más grácil y con la cola algo más corta.


Paloma torcaz. Columba palumbus. Ave originalmente muy forestal, pero cada vez más abundante en las ciudades. Anida en las ramas de los árboles, no en huecos de troncos ni de paredes de roca. Se diferencia claramente por las manchas en los hombros y las franjas alares blancas, además de ser la más grande y de aspecto más robusto.

jueves, 24 de marzo de 2011

La Luna más cercana llega con la primavera

El sábado 19 de marzo la Luna estuvo en el lugar más cercano a la Tierra, fenómeno que se da solo cada más de 20 años. El coincidir con la luna llena y cielos despejados nos auguraba unas buenas observaciones de nuestro satélite. En efecto, así fue y pude disfrutar haciendo varias pruebas fotográficas hasta que conseguí esta imagen, que para hacerse con un objetivo estándar (de 100-400 mm) y no con telescopio, me dejó razonablemente satisfecho. Recordábamos del colegio algunas peculiaridades de la órbita de nuestro satélite, como por ejemplo que siempre mira hacia la tierra la misma cara de la luna, la cara visible. También que la órbita de la luna es circular y no elíptica como la de los planetas alrededor del sol. Las últimas noticias nos han enseñado que no es exactamente circular si no, no sería posible que unas veces esté más cercana que otras. Es de agradecer que de vez en cuando los periódicos nos cuenten este tipo de cosas y no solo las desgracias que pasan por el mundo. Aunque a decir verdad, apenas si distinguimos que la luna esté más cerca, que se nos invite a mirar al cielo es una buena noticia y por eso lo he traído al blog.

Como creo que lo que se aprecia en la foto es aproximadamente igual a la vista que ofrecen unos prismáticos corrientes, de los usados para observar aves, he rotulado los accidentes geográficos más notorios para animar a futuras observaciones. El primer paso para conocer a alguien es saber su nombre, así que aquí os los presento: 1.- Cráter Endymion
2.- Mar de las Crisis
3.- Mar de la Serenidad
4.- Mar de la Fecundidad
5.- Mar de la Tranquilidad
6.- Cráter Tycho
7.- Cráter Grimaldi
8.- Cráter Copérnico
9.- Océano de las Tormentas
10.- Mar de las Lluvias
11.- Cráter Platón

Es importante la orientación. No he querido girar la foto para hacer coincidir el Norte con la parte superior, como suele ilustrarse en los mapas lunares más serios, para ser más fiel a lo que en realidad se ve en el cielo. A grandes rasgos podemos orientar los polos con dos de los cráteres más patentes: Platón, el más oscuro, al norte y Ticto, el más claro cerca del polo Sur.
Como anécdota, los que tenemos unos añitos recordamos que el Mar de la Tranquilidad es en el que se posó el Apolo 11 allá por el 20 de julio de 1969. ¿No veis la bandera allí clavada? ;-)
Otros temas interesantes para explicar a los chavales, además del ciclo de las lunas nuevas, cuartos y llenas, es plantearles las preguntas:
¿Por qué la luna tiene tantos cráteres?
Respuesta: por los meteoritos que han caído sobre ella.
¿Y por qué la Tierra no los tiene?
Hay dos respuestas:
- Porque al no tener atmósfera los meteoritos no son rebotados ni desintegrados en su caída, sino que es más fácil que caigan en la Luna que en la Tierra.
- Sí que han caído muchos meteoritos en la Tierra a lo largo de su historia como planeta, pero por la actividad geológica, la atmósfera y los fenómenos meteorológicos, así como por el efecto de los seres vivos, las huellas de esos cráteres se han ido borrando de su superficie, mientras que en la Luna los cráteres siguen intactos desde hace millones de años.
Cuando sale la luna por el horizonte ¿Por qué se ve más grande?
Pues la verdad es que NO es más grande, aunque nos lo parezca. Igual ocurre con el Sol al amanecer y en la puesta. Es un efecto óptico debido a que vemos los árboles, las casas, etc. que nos valen de referencia. Si hacemos una foto (lo he hecho) justo sobre el horizonte, y otra cuando está bien alta, el tamaño es exactamente el mismo.

La Astronomía no es lo mío, pero de vez en cuando es bueno echar la vista al cielo nocturno... si la contaminación lumínica nos lo permite.

martes, 8 de marzo de 2011

Setos de jardines (1): ¿Arizónicas? ¡No gracias!

Hace menos de un mes que en Madrid tuvimos un episodio de alarma por contaminación y, asociado a él gran número de brotes alérgicos que yo mismo padecí, pues aunque no soy alérgico a los pólenes, en esta ocasión me he visto afectado.La explicación está más que clara en la noticia que puede leerse en este enlace. La combinación del polen de las arizónicas con los compuestos de la contaminación del aire forman un cóctel altamente irritante. La coincidencia del periodo de polinización de las cupresáceas con un periodo anticiclónico, ha hecho que los niveles de contaminación del aire se disparen y las alergias también.Llamamos arizónicas a diversas variedades de árboles del género Cupressus obtenidos incluso por hibridación de distintas especies. Cupressus arizonica es la más popular. No son especies autóctonas, lo que no ha impedido que se hayan usado para repoblar, incluso en lugares tan emblemáticos como la Pedriza de Manzanares, y que allí se mantengan.
Las arizónicas son árboles de gran porte con tendencia a la forma cónica, aunque no tan regular como los cipreses. Su principal utilización en jardinería es la formación de setos, porque soportan muy bien la poda para dar lugar a verdaderos muros verdes. El rápido crecimiento es una bendición para los nuevos habitantes de "chaletes" cuando plantan estos árboles, y una condena a trabajos forzados para toda la vida si no quieren que ese "hermoso seto" se transforme en una masa desangelada de ramas, que llega a ocupar medio jardín.

Las cupresáceas tienen unas flores femeninas de formas globosas que se llaman gálbulos y las masculinas parecen ninúsculas piñas que cubren por entero los extremos de las ramas. Esas flores, de color amarillento y aspecto escamoso, producen millones de granos de polen que es arrastrado por el viento formando verdaderas nubes. Es necesaria esa cantidad para que algunos de ellos lleguen hasta las flores femeninas, que empiezan a abrirse en la misma época. Tan gran cantidad de polen es un suplicio para las personas alérgicas que no entienden cómo es posible que en pleno invierno tengan tan fuertes reacciones.
El tronco es escamoso y muy cargado de resinas, y arde con gran facilidad, por lo que no es muy recomendable situar cerca de un seto de arizónicas una barbacoa de jardín. Además, bajo las arizónicas tampoco es conveniente aparcar el coche en pleno verano pues, casi con seguridad, debido al calor, la resina chorreará sobre él y nos dejará un recuerdo difícil que limpiar en la carrocería. Para colmo, no están exentas de plagas y en muchas ocasiones tienen grandes zonas atacadas por la enfermedad o grandes calvas producidas por una poda mal hecha. Aún así los viveristas las siguen recomendando a los incautos que llegan a por sus primeras plantas para el jardín. Astuta estrategia para asegurarse el encargo de las podas o la posterior venta de herramientas y productos para su cuidado.

No consigo explicarme el éxito de esta planta en las urbanizaciones, excepto por la falta de conocimientos e imaginación de los propietarios de las casas de campo. Ya solo las alergias que producen, tanto por el polen inhalado como por contacto con las hojas y ramas escamosas, que llegan a producir urticarias, especialmente cuando se están haciendo los trabajos de poda, serían suficientes. Pero es que además reporta muy pocas ventajas, excepto, quizás, la de formar una pared verde que nos aisle del exterior.


El estilo de poda de las arizónicas en forma de muro liso o con formas geométricas está muy pasado de moda y suele tener muy poco que ver con el resto de la composición de los jardines actuales. La misma sensación de intimidad que se consigue con estos muros se puede lograr con otras especies que ofrecen más belleza y variedad, en forma de flores, frutos y distintas coloraciones a lo largo del año, con mucho menos trabajo de mantenimiento.
















Además, las arizónicas se suelen ir ensanchando año tras año, ocupando cada vez más espacio, tanto hacia el interior del jardín como hacia las aceras colindantes. Algunos de los setos de las de las fotografías anteriores tienen casi tres metros de anchura. Es un espacio totalmente perdido, porque la zona verde solo ocupa los cinco centímetros exteriores, el interior es un entramado de palos. Si se intentase podar de nuevo para estrechar esas murallas vegetales, se quedaría a la luz la zona seca que ya no tiene recuperación posible.

Pero para mí, una de las peores cosas que tienen las arizónicas es que apenas contribuyen a beneficiar a las aves, insectos y otros seres del entorno. Ninguna abeja ni mariposa acudirá a libar y pocos pájaros hacen sus nidos entre ellas, ni musgos ni líquenes cubrirán sus ramas. No tienen huecos para que pequeños animales busquen escondrijo. Claro que, ahora que lo pienso, quizás sea esa una ventaja para los urbanitas que quieren casa de campo no para estar en contacto con la naturaleza, sino para aislarse de todo lo que tenga que ver con ella y con el prójimo.

Qué diferente es el concepto de seto inglés, con su mezcla de especies, su oferta de variados recursos para la fauna y la flora autóctona. Otro día le dedicaré una entrada sobre especies adecuadas para setos y así resarcirme de la negatividad de la de hoy.
Edito: La entrada que comento en el párrafo anterior puede verse pinchando AQUÍ. Como puede verse, hay alternativas a las arizónicas más fáciles de mantener, más variadas a lo largo del año, más productivas y, eso es cuestión de gustos, en mi opinión, más bonitas.