martes, 26 de enero de 2010

Exóticas flores de invierno

A modo de intermedio entre los días de frío, me repliego a mi cuartel de invierno, es decir a la terraza cerrada, donde puedo experimentar a hacer fotos a las flores que allí se encuentran con relativo confort. Está orientada al sur y recibe el sol de pleno, que en invierno solo se tamiza por las sombras que se dan las plantas unas a otras. En verano un toldo se encarga de sombrearla.

Me llama la atención, en mi terraza, que algunas de las plantas que florecen en invierno son de aspecto particularmente exótico. Aunque quizás sea provocado por nosotros mismos al seleccionarlas en los viveros.

Y como muestra, esta flor llamada ave del paraíso o flor de pájaro, Strelitzia reginae, que ofrece un aspecto realmente tropical, al que solo falta un colibrí para completar el cuadro. Eso no sería posible en su hábitat original, que es Sudáfrica, aunque sí es polinizada por otro tipo de aves.Se escribe de ella que puede florecer en cualquier época del año y que, teniendo un macizo numeroso de estas plantas, podremos disfrutar de sus flores durante todo el año. La mía tiene gusto por el invierno y eso que cuando hiela en el exterior aquí puede bajar la temperatura a tan solo uno o dos grados centígrados. En zonas de clima benigno, donde no hay heladas, se puede tener en el exterior y en los jardines canarios ofrecen tan magnífico aspecto que hay quien cree que son originarias de las islas afortunadas.

Igualmente atractivos, aunque muy diferentes, me resultan los cactus epífitos que se cultivan perfectamente en cestos colgantes. Se les llama cactus de Navidad, Schlumbergera truncata o el sinónimo Zygocactus truncatus. Suele recomendarse para ellos temperaturas más altas, pero en mi terraza crecen más que bien. Si acaso, sufren en el verano por el exceso de sol.

Además del atractivo de esa cascada florida, las flores vistas en detalle son toda una belleza.Hay variedades de diferentes colores de flor. Las más comunes son de color rosado, pero también hay rojizas y anaranjadas y, las más delicadas, de color blanco.
Yo no soy especialmente buen jardinero, pero es que esta planta es de las más agradecidas que he tenido. Hay otra especie muy parecida, el cactus de Pascua, Hatiora gaertneri, con flores de color rojo intenso y menos tubulares, que aparecen en primavera.
En mis macetones colgantes hay de las dos especies entremezcladas y de distintos colores. Me vinieron de regalo y durante un tiempo creí que se trataba de dos floraciones de la misma planta, pero no es así, las que florecen en distintas épocas son especies diferentes . Para conseguir un conjunto espectacular, recomiendo adquirir plantas de distintos colores cuando tienen las flores, Schlumbergera en invierno, de varios colores, y Hatiora en primavera. Es inevitable que las formas salvajes (rosadas) dominen a las más sofisticadas y delicadas, así que se pueden dejar en macetas separadas dentro del macetón grande para evitar la invasión.
Y para terminar, otra de mis favoritas: los ciclámenes, Cyclamen persicum. Como podemos deducir de su nombre científico, proceden de Oriente Medio. Su color original es rosado, pero hay muchas variedades distintas. Los libros y páginas web recomiendan complicados sistemas para que florezcan año tras año, pero yo las tengo bastante abandonadas y allí siguen regalándome sus preciosas formas y colores.
Eso sí, hay que cuidar muchísimo que la planta no se moje al regarla, aunque el suelo se mantenga húmedo. Yo tengo riego por goteo, cada día en tiempo caluroso y cada quince en invierno. Parece que les gusta, porque no paran de florecer... incluso en verano.
Abajo pongo un vídeo del interior de un ciclamen. En la segunda secuencia aparece lo que creo que es un colémbolo y en la tercera y última, un ácaro perfectamente camuflado.

No pretendo hacer una entrada sobre cómo mantener estas plantas, solo mostrar las peculiaridades de mi instalación y sus buenos resultados. Hay páginas especializadas mucho más recomendables.

miércoles, 20 de enero de 2010

El lirio despistado 2. Misterio resuelto.

A primeros de diciembre os mostré un lirio florecido en los jardines de la Residencia de Estudiantes, en el campus del CSIC en Madrid. Eso nos dio pie a comentar que en este pasado cálido y seco otoño las plantas se estaban volviendo un poco locas, poniendo también como ejemplo madreselvas floreciendo en mi vecindario y en los comentarios incluso surgieron algunos casos más.
Este 11 de enero, el día después de la nevada en casi toda España, me volví a encontrar, en el mismo lugar, otra flor a medio abrirse, aunque se heló. Y alguna más que empieza a brotar.
Sin embargo, no es la loca meteorología la culpable, sino un foco que permanecía oculto entre las hojas verdes de lirio y las hojas caídas de álamo, que le ha proporcionado calor y luz independientemente del frío y el fotoperiodo adverso. Ha tenido que ser un día de invierno en que paso por allí a primera hora de la mañana, aún oscura, cuando me he encontrado el foco encendido y he descubierto el secreto de su floración.
Claro que todo lo demás que comentamos, unos y otros, sigue vigente.
No he tenido mucho tiempo para ocuparme del blog, ni de visitar el de los amigos y, lo que es peor, ni salir al campo a hacer observaciones, pero una foto y un comentario rápido siempre se puede hacer. Y por supuesto, una moraleja: no llegar a conclusiones precipitadas sin fijarse muy bien en todos los detalles.

domingo, 10 de enero de 2010

De nuevo nieve a 10 de enero

La casualidad ha hecho que justamente un año después de esta entrada llamada "Más nieve por si era poca" , haya realizado exactamente el mismo recorrido y a la misma hora. También hacía la misma temperatura, unos 3ºC bajo cero a las 12 de la mañana.A estas alturas no pueden compararse las precipitaciones de este invierno con las de hace un año. Solo hemos tenido dos días en los que la nieve haya cuajado en casa, en este 9-10 de enero y el pasado 22 de diciembre que amaneció no solo nevado sino también congelado, convirtiendo nuestras carreteras en unas peligrosas pistas de patinaje.
Los pajaritos se dejan ver en las ramas desnudas de árboles y arbustos, como el gordito petirrojo de la foto anterior en el escaramujo y el pinzón común de la siguiente. También he visto escribanos montesinos picoteando en los prados junto a estorninos, mirlos y las omnipresentes urracas, que removían entre las boñigas de las vacas en busca de semillas y otros restos aprovechables.
El pilón cercano a casa no está congelado y me sorprende, cuando toco el agua, que ante la temperatura bajo cero del aire parece templada. Es una buena noticia para las aves y otros animales, pues la zona de desbordamiento se encharca y les permite beber. En estos días acusan la falta de agua líquida y cuando abro un boquete en el agua del estanque acuden más raudos que cuando les pongo comida.

En la nieve veo los rastros de distintos animales, como estas huellas que posiblemente sean de rata de campo, ...
... y muchas huellas de conejo, ...

... a los que no me cuesta mucho divisar.

Veo un conejo que hace extraños movimientos y anda en círculos. Me ha dejado acercarme bastante hasta que se ha podido ocultar. La foto me ha salido bastante mal, justo en el momento de meterse entre las zarzas, pero me permite confirmar que está ciego por la mixomatosis. También he visto cartuchos de caza a apenas 100 metros de las primeras viviendas de la urbanización, menos de 250 m de mi casa. Tengo entendido que está completamente prohibido cazar tan cerca de las viviendas. Tampoco sé si se puede cazar en un prado comunal donde pastan vacas. Esos disparos me despiertan muchas mañanas de sábados y domingos, incluso fuera de época de caza legal.