jueves, 26 de febrero de 2009

Reptiles, capullos y algún que otro pájaro.

No, que no estoy llamando capullos a los pobres reptiles que se empiezan a activar con estos calorcitos. Con estas temperaturas a media tarde, en torno a los 18ºC, ya se empiezan a ver tomando el sol entre los muros de roca las lagartijas ibéricas, Podarcis hispanica, como este macho de la foto y una hembra que huyó antes de que sacase la cámara.
Y bajo las piedras, que también se caldean, he encontrado esta culebrilla ciega, Blanus cinereus. Aunque su aspecto sea de lombriz, una mirada más detallada delata que es un reptil escamoso, emparentado tanto con las serpientes como con los lagartos. Tienen el cuerpo muy modificado para su vida subterránea, pero al tacto son secos y suaves, como las serpientes. Los ojos apenas se aprecian bajo la piel de las escamas.
Un curioso comportamiento de estos animales es que si se toquetean y tienen cerca algunos palitos, se enroscan con una inusitada fuerza. Es una respuesta defensiva, pensad que si un cernícalo, por ejemplo, intenta cazarlo, le resultará más difícil desprenderlo de su asidero y quizás logre escapar.
Respecto a los capullos, siguen engrosando los del almendro del jardín, aunque aún no se han abierto, mientras que en Madrid ya están plenamente floridos. No solo ellos, sino también los prunus.
Otras plantas que han florecido en los jardines de Madrid son los lirios, mientras que en casa las hojas apenas sobresalen unos centímetros del suelo. Claro que en Madrid son perennes y no desaparecen las hojas durante el invierno. En cambio aquí, se comportan como plantas vivaces.
En cuanto a las aves, los mirlos machos ya se ven por los altos, ramas de árboles y aleros de tejado defendiendo su territorio. Ayer vi un descarado estornino negro cantando en una rama, en los jardines del Museo, haciendo una más que aceptable imitación de un verdecillo. Estas aves son buenas imitadoras de ruidos y, si se tienen domésticos, hasta llegan a decir alguna palabra. En Alpedrete he visto una abubilla por primera vez en el año, aunque ya comenté en la lista de aves que un año vi un ejemplar durante todo el invierno.
Por cierto, el carbonero que venía a casa a comer coco y el palito de semillas que tengo colgado en el olivo hace ya una semana que no aparece. Me temo que era un invernante que se ha ido hacia el norte. O quizás, que ya hay otra comida disponible y no necesita aceptar mi invitación. Mientras no tenga manera de distinguirlos individualmente me quedaré con la duda. Hace dos años, por estas fechas, llegó un carbonero con una anilla azul, pero no lo he vuelto a ver.

7 comentarios:

  1. También es casualidad.. justo una semana después de la que encontramos por aquí :)

    Un saludo,

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  2. Es verdad, estaba pensando en mandarte un mensaje para comentarlo pero ayer fue un día complicado. Más casualidad porque hace unos dos años que no veía ningún blanus.
    De todas maneras, estas son las fechas clave hasta el mes de mayo, luego casi te puedes olvidar de volverlos a ver, a no ser en suelos bastante húmedos, en los que suben más a la superficie.

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  3. No conocía tu blog y me ha encantado eh.Las culebrillas ciegas me encantan,escribí sobre ellas en mi blog.

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  4. Muchas gracias Alvaro, yo sí había visto tu blog hace tiempo pero le había perdido la pista, gracias por escribir. El nombre de "Mirada de lince" es inconfundible. Estaré atento.
    ¡Ah! leí tu artículo del Blanus, es muy completo.

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  5. muy interesante blog, de los que me gustan... por manos de un experto naturalista ¡¡¡
    sin duda lo seguiré para aprender de los que saben¡¡¡
    un saludo, y de nuevo gracias¡¡¡

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  6. "Un curioso comportamiento de estos animales es que si se toquetean y tienen cerca algunos palitos, se enroscan con una inusitada fuerza."
    No me toques los herpetos! Les causas estrés, y cabe la probabilidad de que el blanus desprenda la cola si le estresas!

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  7. Por supuesto que no hay que manejarlos, de eso ya sabes que lo comento en la otra entrada.
    Respecto a la pérdida de la cola, no, los Blanus no tienen esa particularidad que es propia de los saurios, pero eso no es motivo para toquetearlos sin motivos científicos.

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